En tus últimos viajes como reputado antropólogo especialistas en momias has hecho un espeluznante descubrimiento.
Hay un gran número de ellas que tienen las bocas abiertas a modo de grito desesperado.
Este hecho te recuerda al siniestro relato de Edgar Allan Poe, "El entierro prematuro" donde se describía el sufrimiento de una persona cuando despierta en el ataúd tras ser enterrada viva debido a la llamada catalepsia.
¿Es real esa enfermedad o es un invento de un literato perturbado? Y lo que es más importante para tu descubrimiento como antropólogo: ¿Es posible que a todos esos cadáveres momificados les hubiesen enterrado vivos o hayan sufrido de catalepsia o se te ocurre otra hipótesis mejor?
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar los artículos. Estoy encantado de que te apetezca participar en el blog.