"El lunes 18 de Octubre de 2010 asistí a una conferencia en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés como “proyecto” para la asignatura de biología. La conferencia trataba la evolución de la mente a lo largo de nuestra historia, y fue realizada por el doctor de psicología José María Martín Tovar, autor de numerosos artículos referentes a su especialidad, tratados de antropología y un largo etcétera que acompaña su larga trayectoria profesional.
La sala de conferencias se llenó al poco tiempo de haber empezado con la exposición, con una variedad de personas notable, desde estudiantes como nosotros, universitarios, profesores y gente simplemente interesada por el tema que se trataba, que personalmente a mi me atraía bastante también.
Nada más empezar, el Dr. Martín Tovar definió el cerebro en general y destacó su enorme complejidad; aclaró la existencias de tres niveles cerebrales:
Intuitivo o reptiliano: muy parecido al de los reptiles, y el primero en desarrollarse al principio de la humanidad, como su nombre indica, se dedica al propio instinto de supervivencia.
Afectivo o Sensitivo: almacena la memoria sensitiva, las emociones y los sentimientos. Como dato muy curioso, al menos para mí, el doctor explicó su anterior desarrollo al nivel intelectual o lógico, coloquialmente hablando, el ser humano aprendió a sentir afecto por los demás antes de tener uso de la lógica y la comprensión.
Intelectual o lógico: el último de los niveles y el último en formarse. Trata la memoria, el razonamiento y todas aquellas acciones que requieran un impulso lógico.
Otro aspecto que supuso la base de gran parte de la conferencia fue el comportamiento y su relación con la mente, si el doctor Martín Tovar está en lo cierto, realmente hay una relación directa con el cerebro y la actitud de la persona, es más, sitúa este aspecto tan importante en una zona concreta del cerebro: la parte pre frontal. A raíz de esto se planteó una cuestión, si los problemas de comportamiento son fruto de un fallo de esta zona cerebral ¿son los asesinos en serie o psicópatas personal malvadas o simplemente enfermas? ¿Existe entonces alguna posible cura?
Además, defiende la vida social abierta y con mentalidad de progreso, a la que asoció un nivel afectivo más fuerte del de otras culturas, poniendo en comparación al hombre occidental con el hombre “salvaje” de África, sin negar nunca su condición humana igual a la nuestra, el doctor destacó la actividad de estos “salvajes” como fruto de una conveniencia personal y sin ningún tipo de sensibilidad, cosa que ya habría alcanzado el hombre de la civilización occidental. Personalmente no sé si estar completamente de acuerdo con la opinión del doctor Martín Tovar, creo que tiene gran parte de razón, pero también opino que existe una ambigüedad de lo afectivo, que puede manifestarse o no en algunas cosas u otras.
Poco a poco, el tema,( que nunca se salió de su hilo conductor es decir, la mente) se trasladó al campo de la genética, en el que, aunque el doctor no se pronunció demasiado ya que no es un experto, dijo algo realmente interesante: el comportamiento se puede implantar en los genes, no solo el ambiente, sino que está en el propio genoma la actitud y el comportamiento de cada uno, heredado de sus padres; un punto bastante complicado que me llamó la atención pero del que no recibí toda la información que me habría gustado.
Por supuesto, admitió que el código genético no es el único factor que condiciona a la persona, el ambiente y la educación son claves para el desarrollo general del individuo, incluida la mente, claro.
Sin salirse del campo “neurogenético” (no sé si existe esta palabra, pero creo que sería la más acertada) el doctor Martín Tovar se mostró plenamente convencido de un prodigioso avance de la ciencia biológica en los próximos años, destacó la creciente importancia de la ingeniería genética para la solución de enfermedades degenerativas relacionadas con la mente como el Alzehimer; enfermedades como el cáncer y otras muchas podrían lograr una solución rápida y eficaz.
A parte de todo esto, yo tenía una pregunta en mente que estoy seguro que todo el mundo la tendría también,: ¿cómo será nuestra mente en el futuro? La verdad es que me esperaba como respuesta un progresivo desarrollo del nivel intelectual, que sería lo más lógico, pero no es así; según el doctor es la parte afectiva o sensitiva la que mejorará y crecerá, teniendo como resultado seres humanos con emociones y pensamientos aún más complejos (si es que existe tal posibilidad).
Finalmente, tras unos 45 minutos de conferencia, el doctor José María Martín Tovar terminó sacando a la luz el difícil tema de la religión junto a la ciencia, no se explayó mucho en esto, pero dejó más que clara su postura al remitirse a una frase de Einstein que citó textualmente: “La religión sin ciencia está ciega, pero la ciencia sin la religión anda coja”.
Una vez acabada la conferencia, se realizó una ronda de preguntas durante 10 minutos, en la que algunos de los asistentes cuestionaron algunos puntos más o menos complejos acerca de su exposición. El ambiente era de mucha satisfacción y el ponente fue ovacionado al término de su discurso.
En mi opinión la conferencia estuvo bastante interesante, la mente y la genética son campos que me fascinan y de los que me gustaría aprender más."
¡Buena crónica!