En teoría, realizamos exámenes para comprobar el nivel de conocimientos, aptitudes y habilidades que tenemos en una materia determinada. Pero, ¿son realmente necesarios? Los exámenes estresan a todo el mundo, aunque con distinta graduación. Hay personas que han llegado a sufrir crisis nerviosas en exámenes cruciales (selectividad, el examen de entrada al colegio de abogados, oposiciones, etc.) . También existe la posibilidad de que te quedes "en blanco" y no recuerdes absolutamente nada de todo lo que estuviste estudiando durante dos semanas. Y, como no, el estudiante siempre puede optar por recurrir a los miles de métodos de copia existentes, y, por mucho que lo intente el profesor, no siempre conseguirá evitar ésto.
Entonces, ¿cómo se podría evaluar al alumno? Existen muchas formas para poder hacerlo. Con el trabajo diario y con preguntas diarias, por ejemplo. También se puede evaluar al alumno con trabajos prácticos sobre la materia o exposiciones sobre el tema, y así tantas otras formas que no son tan estresantes como un examen, que estimulan la creatividad del alumno y evita la posibilidad de que hagan trampas.
En conclusión, los exámenes no son estrictamente necesarios para determinar el nivel del alumno, aunque no se puede negar que en ocasiones, es la única forma de evaluación posible.
1 comentarios:
Al final no te mojas: sí pero no...;-))
¿Sería posible una vida de estudiante sin exámenes?...por lo menos sería estupenda :-)
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