Exámenes Test


¿Por qué tipo test?


  • Se utilizan muchísimo en la evaluación de Ciencias, tanto en el ámbito escolar como universitario e incluso oposiciones.
  • Porque un examen tipo test mejora el aprendizaje
  • Sirve para entrenar la lectura comprensiva en el alumnado de ESO (que están muy necesitados)
  • Es un sistema de evaluación completamente objetivo que valora los estándares
  • El factor suerte es mucho menor (al tener normalmente muchas mas preguntas)
  • Se puede preguntar de forma extensiva sobre todos los aspectos de cualquier materia, lo que implica que los alumnos han de preparar todos los contenidos.
  • No hay lugar para ambigüedades en las respuestas o para que el alumno responda a lo que no se le pregunta.
  • Se puede medir objetivamente las competencias adquiridas por cada alumno.
  • Conceptos a evaluar idénticos para todos los alumnos. Contestan únicamente a lo preguntado, sin salirse del tema.
  • Permite al profesor corregir o reorientar la enseñanza según los resultados obtenidos.

Pero para tener éxito hay que vencer una serie malos hábitos, como son:

  • Suele prepararse menos a fondo por la creencia de que es más “fácil”
  • Riesgo de no leer bien las preguntas y respuestas y “aturullarnos”
  • Penalización de las preguntas contestadas incorrectamente (que NO es el caso nuestro, porque no se penaliza)
  • El examen abarcará todo el temario por lo que no vale llevar unos temas mejor que otros, hay que controlar la totalidad de la materia.

¿Cómo se hace un examen tipo test?

  • En primer lugar, estudiando mucho. Teniendo en cuenta que las cuestiones test se centrarán en detalles. Es posible encontrarnos con 3 o 4 opciones iguales en las que solo cambia una palabra. Lee el temario todas las veces que puedas. Fíjate en los detalles y ten todos los conceptos muy claros. 
  • Practica con los test que puedes encontrar en Savia Digital, Kahoot o Quizziz. O todavía mejor, crea tú  mismo un test de la lección . Además de servirte para repasar lo estudiado, puedes hacerte una idea de cómo lo harías si fuese el examen real.
  • Lee muy bien las preguntas y las respuestas. Con los nervios del examen irás más acelerado de lo habitual pero ¡Stop! Respira, concéntrate y lee todo con mucho detenimiento. El más mínimo error de comprensión arruinará el resultado de una pregunta.
  • No contestes al “tuntún”. Aunque las preguntas falladas no juegan en tu contra, las respuestas múltiples (que son muy pocas en los exámenes) no se puntúan con un sólo fallo. 
  • Leer con atención el enunciado, teniendo claro qué nos piden.
  • Anticipar mentalmente una respuesta antes de leer las alternativas. 
  • Leer bien todas las alternativas de respuesta: no se trata de marcar la primera que nos pueda parecer buena; se trata de encontrar la mejor.
  • Si la respuesta mental que habíamos anticipado no se corresponde con ninguna de las que nos ofrecen, debemos actuar por exclusión, eliminando las que con seguridad son incorrectas.
  • Si dudamos entre dos, nos decidiremos por la que consideremos más acertada, prestando la máxima atención a las palabras clave y a los adverbios y locuciones adverbiales (siempre, nunca, a veces, mucho, poco, nada, todos, algunos, ninguno, etc.).
  • Muchas veces hay que marcar las respuestas en hoja de respuestas aparte, también denominada hoja de lectura óptica. Habrá que tener cuidado de marcar de modo que coincida el número de la pregunta con el número de la respuesta. Si respondemos las preguntas de forma salteada es más fácil equivocarse. 

Técnicas para responder a preguntas difíciles

  • Cuestiona opciones que no encajan gramáticamente con la pregunta. Para respuestas no numéricas, asegura que la respuesta que te parece correcta concuerda en número y genero con la pregunta. O, si no sabes cuál es la respuesta correcta, a veces puedes descartar algunas opciones utilizando esta técnica.
  • Cuestiona opciones que no te suenan para nada.
  • Cuestiona opciones que contienen palabras negativas o absolutas. Muchas veces la respuesta es otra opción parecida y no absoluta. Por ejemplo, si dos opciones son “siempre” y “frecuentemente”, no elijas uno de los dos sin pensar bien la razón por la que la otra está equivocada.
  • Compara dos respuestas que parecen correctas. Si dos opciones parecen correctas, compáralas para encontrar las diferencias, y vuelve a leer la pregunta para determinar cuál es la mejor respuesta.
  • Considera  “Todas las anteriores”. Si dos de tres respuestas te parecen correctas tras releer la pregunta y existe la opción “Todas las anteriores”, hay una buena probabilidad de que sea la respuesta correcta
  • Asegura que la respuesta que eliges es siempre correcta. Recuerda que la mejor respuesta debe ser cierta siempre, en todos los casos, y sin excepción. Si crees que una respuesta es la “más” correcta, pero hay una excepción, probablemente la respuesta correcta es otra.
  • Cuestiona los extremos: En preguntas con respuestas numéricas, considera el valor más alto y el valor más bajo por último, tras considerar los valores intermedios.
  • Confía en tu primer instinto: Si hay dos respuestas que te parecen que podrían ser correctas y te decantas por una de ellas, no vuelvas más tarde a cambiar tu respuesta por la otra. Estudios demuestran que tu primera impresión es correcta con más frecuencia.
  • Evita respuestas con errores tipográficos: Al elaborar el examen el profesor normalmente dedica más tiempo a crear la respuesta correcta, y la vuelve a leer más veces antes de publicar el test que las repuestas incorrectas. Así que si hay un error ortográfico, es más probable que esa respuesta sea incorrecta

Técnicas para evitar errores tontos:


  • Lee detenidamente cada pregunta antes de responderla: Se pierden muchos puntos por leer mal la pregunta, y es un error fácilmente evitable. Una simple coma o un adverbio pueden cambiar todo el sentido a una frase. Muchas veces el exceso de confianza o la rapidez con la que leemos algo hace que supongamos cosas que no están escritas. Si queremos evitar este error, hay que leer y releer la pregunta antes de decidir qué respuesta seleccionar.
  • Intenta responder sin mirar las opciones: Si miras las opciones sin hacer el esfuerzo que supone pensar o calcular la respuesta correcta, es más fácil que te equivoques al ver una opción que a primera vista parece razonable, pero que no es la correcta.
  • Lee todas las opciones: Si te paras en cuanto ves una opción que te parece correcta, es posible que no llegues a ver otra opción que es parecida pero diferente, y mejor que la primera.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar los artículos. Estoy encantado de que te apetezca participar en el blog.